Conductas Disruptivas

cómo entenderlas y manejarlas

más allá del castigo

Cuando hablamos de conductas disruptivas aludimos a comportamientos inadecuados, tales como rebeldía, agresividad, indisciplina, actitudes desafiantes, que, si bien es cierto, en algunas ocasiones son comunes en la infancia en entornos educativos y en el hogar, no es menos cierto que se convierten en un problema que afecta la interacción social, aprendizaje y el bienestar general del niño cuando se presentan de manera frecuente y continuas en el tiempo.

Es relevante destacar, que algunos de los trastornos del neurodesarrollo como: El TDAH, Trastorno Negativista Desafiante (TOD), Autismo y el Trastorno de Conducta (TC) pueden estar asociados con conductas disruptivas que se presentan por un mayor déficit en habilidades sociales, así como por una marcada impulsividad y una fuerte afección emocional relacionada con el enojo y la frustración.

La intervención temprana y abordaje de las conductas disruptivas, no deben limitarse al castigo, en lugar de depender exclusivamente de sanciones, hay que buscar y entender las causas que las motivan y establecer estrategias para afrontarlas de manera integral, involucrando a padres, docentes y profesionales de la salud.

Algunas de las sus causas pueden estar relacionadas con baja autoestima, depresión, ambientes disfuncionales, ausencia de estructura y límites, falta de comunicación efectiva, desmotivación escolar o apatía académica, así como un ambiente escolar inadecuado, estrés, el abuso o la negligencia, acoso escolar, maltrato y ausencia de apoyo emocional.

Algunas estrategias para encarar efectivamente las conductas disruptivas sin castigo, serían, en primer lugar, la evaluación individualizada para determinar la función del comportamiento disruptivo en el niño o adolescente para buscar, en caso de ser necesario, intervenciones profesionales que puede abarcar terapia ABA, apoyo parental y educativo, así como medicación cuando sea necesario. La meta es potenciar el desarrollo del niño, enfocándose en la sustitución funcional de la conducta, sus interacciones sociales y la adquisición de habilidades y herramientas para afrontar desafíos de manera positiva.

Parte de la intervención profesional también incluye a los padres, donde se les puede enseñar cómo sustituir funcionalmente los comportamientos disruptivos, establecer límites claros y coherentes utilizando la comunicación y el razonamiento. Es fundamental la colaboración entre padres y escuela para coordinar estrategias y asegurar el bienestar del niño.

Y de manera diaria, reforzar positivamente creando un entorno educativo estimulante y enriquecedor, activando el interés y el crecimiento de los niños.

Susana Pereira - Terapeuta Ocupacional - Terapeuta de Conducta

Educadora en Masaje Infantil

Valencia - España

Bibliografía consultada:

https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/claves-manejar-las-conductas-disruptivas-aula/

https://orientacionpsicologica.es/conductas-disruptivas

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